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¿Qué es la ética de la escucha?

El escenario transicional colombiano ha motivado en los últimos años, la proliferación de iniciativas dirigidas a la recolección de memorias y testimonios de víctimas y excombatientes. Entre ellas, se cuentan iniciativas gubernamentales como las audiencias de Justicia y Paz, los Acuerdos por la Verdad, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), el Museo Nacional de la Memoria, entre otras. Sin embargo, los objetivos se han concentrado en la mayoría de los casos en recolectar las voces de quienes han vivido las experiencias de violencia política y guerra y non tanto en considerar las posibilidades sociales de su escucha o en considerar las dimensiones éticas con ellas asociadas. Esto ha generado que, a la par con la proliferación de este ‘boom’ de la memoria, haya una cierta retracción social a escuchar los contenidos relacionadas con la violencia política y la guerra.

Dicha retracción puede ser entendida, no obstante, también como un impacto de la lógica bélica en las disposiciones sociales a escuchar e incluso como un impacto en el lenguaje y la representación que han terminado por erigirse bajo la sintaxis y las gramáticas impuestas por la violencia.

Este proyecto pretende entonces, reconocer cómo construir una ética de la escucha, retomando las experiencias, los aprendizajes, los errores y los éxitos de personas que han dedicado parte de su vida a escuchar testimonios, memorias, relatos y experiencias de la guerra y la violencia política en Colombia.  En estas lecciones aprendidas se busca ampliar el espectro de comprensión que una sociedad en camino hacia el “posconflicto”, requiere para no hacerse de oídos sordos ante los más de 50 años de historia de violencia y guerra y para que no pase la página sin ni siquiera haber leído el libro.   

Implementación del proyecto y métodos:

La ética de la escucha busca profundizar en las maneras en que estas personas se sitúan ante el dolor de los demás, considerando para ello la relación que establecen con el contexto sociopolítico y las formas en que tejen las relaciones intersubjetivas con víctimas y sobrevivientes. Desde allí es necesario preguntarse por las implicaciones éticas y políticas que supone estar ante el dolor de los demás y por las maneras en que este dolor se gesta en la escucha del otro.  Así, resulta relevante comprender las prácticas de autocuidado, los dilemas metodológicos, éticos y políticos que supone escuchar estas voces de dolor y sufrimiento también en un contexto de amenaza y zozobra, de incertidumbre, miedo y violencia. Finalmente, resulta necesario entrever cómo se reconoce en esta voz –o en sus silencios– algo más que el daño y se descubre un sujeto implicado que es mucho más que un cuerpo sufriente.

El proyecto se divide en tres fases: la primera estuvo destinada a conocer diferentes experiencias de personas que se han situado ante el dolor de la guerra y la violencia política en Colombia. Durante esta fase se realizó un mapeo de estas experiencias tanto a nivel organizacional e institucional como a nivel personal y profesional. El mapeo se concentró en 5 áreas de trabajo: i) personas y organizaciones que realizan trabajo psicosocial o terapéutico con víctimas y excombatientes; ii) fotógrafos periodistas y fotoperiodistas encargados de registrar o cubrir situaciones de guerra o de violencia política; iii) profesionales de las ciencias forenses que trabajan en los procesos e exhumaciones; iv) líderes que en sus comunidades han asumido un rol de acompañamiento activo a víctimas del conflicto armado; v) actores, actrices y profesionales de arte dramático que representan el conflicto armado colombiano.

Con base en esta caracterización se realizaron 170 entrevistas semi-estructuradas. Con base en estas entrevistas se identificaron las experiencias más significativas sobre la ética de la escucha y se realizó una convocatoria a algunas personas de cada de una de las áreas reseñadas, para participar en la construcción de herramientas pedagógicas sobre la ética de la escucha.

La segunda fase consiste en un trabajo colaborativo en torno al laboratorio de la escucha, un espacio de construcción social de herramientas pedagógicas sobre la escucha, los silencios, los límites de la representación y la ética, que se construye a partir de las experiencias de personas con trayectorias significativas en la escucha del dolor de la guerra y la violencia política en Colombia y provenientes de diferentes saberes (psicología, fotografía, periodismo, ciencias forenses, comunidad, arte dramático). En este laboratorio social se comparten ideas, experiencias y propuestas.

La tercera fase consiste en la socialización/implementación de las herramientas pedagógicas sobre la ética de la escucha con diferentes actores claves en el abordaje de situaciones relacionadas con la guerra y el conflicto armado colombiano. Esta implementación se realiza a través de alianzas con instituciones y está dirigida a servidores públicos, periodistas y fotoperiodistas, personas que brindan atención a víctimas en organizaciones no gubernamentales u organizaciones internacionales y líderes que acompañan a sus comunidades en procesos organizativos.

La ética de la escucha se basa en un modelo cualitativo de Investigación-Acción-Participativa en el que se pretende, por un lado, reconocer las experiencias acumuladas de diversas personas que han conocido las historias de dolor y sufrimiento del conflicto armado en Colombia y, por el otro, socializar este conocimiento acumulado y contribuir a la construcción de una relación-de-otro-modo con el dolor, la pérdida y la herida. 

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